jueves, 12 de enero de 2012

Inherentes prejuicios. ¿Simple lenguaje o fuertes prejuicios?


Frases hechas, expresiones que se refieren claramente a un cierto grupo de personas, acentos que hacen resaltar su parte más burlesca… ¿Es un tipo de cortina que “oculta” mediante el humor los prejuicios de la sociedad o tan solo es una forma de hablar?

Todo depende de la intención con la que lo digas o hagas, aunque en mi opinión, es una forma de expresar tu desacuerdo o desagrado con esa reducida (o no) parte de la sociedad en la que vivimos.

Somos seres humanos, por lo que ir de frente, ser honesto y admitir que un determinado sector no te gusta por las razones que tú creas convenientes, nos cuesta, hasta tal extremo que acabamos en un círculo de hipocresía, tangible en expresiones como: “Este collar no me lo he comprado porque es muy gitano”, seguido minutos más tarde por “Pero yo no tengo nada en contra de los gitanos”. Podemos interpretar la primera frase de dos formas distintas: es simple y puro lenguaje sin significado social o además de ser, obviamente, puro lenguaje, esconde tras de sí un fuerte aspecto discriminatorio y contrario a los gitanos. Desde mi punto de vista, toda palabra trasciende a un significado inherente en ella. Uno no puede quedarse con la parte más superficial de la misma, las letras, los símbolos, el simple mecanismo, puesto lo que tiene un efecto en nuestra mente es su significado. Por lo tanto, no creo en la segunda frase. El hecho de que una persona reniegue a comprar un objeto dado que este le recuerda a un grupo excluido de la sociedad, es totalmente opuesto a que más tarde se afirme que su posición con respecto al mismo es positiva.

Puede ser que no encuentras atractiva la forma de vestir de los gitanos, pero eso es quedarse solamente en la punta del iceberg. El hecho por el cual has rehusado de comprar tal collar es porque sabes que si tú lo has reconocido y clasificado como “gitano”, más gente hará lo mismo, tanto con él como contigo. La imagen que tienes de dicho grupo en tu cabeza es profundamente negativa, y directamente relacionada con drogas, violencia y robo, lo que ha determinado sino en toda su parte, en su mayoría, tu decisión final de dejarlo en la tienda.

Por lo tanto, una “simple forma de hablar” encierra un gran significado, algunas veces, alimentado por prejuicios. Nuestra mente escoge las palabras a sabiendas de lo que ellas mismas representan, y no como mera coincidencia o expresiones inofensivas.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Tradiciones arraigadas

Hace dos semanas, la princesa de Asturias Letizia Ortiz, dejaba bastante clara su posición respecto al matrimonio homosexual en Chile, diciendo que era ya una "tradición bastante arraigada" en el país. ¿Reacción? La opinión pública se le echó encima: según ellos, no era así.
Es cierto que hablar de "arraigamiento" de algo cuando lleva en vigor 6 años puede ser, para ciertos sectores (hablando de los conservadores) bastante impactante. Lo cierto es que, 6 años de hábito, en mi opinión, lo es. ¿Y si en vez de hablar del matrimonio homosexual, polémico tema, hablásemos de una persona que lleva fumando 6 años? ¿No diríamos que tiene "arraigado" fumar? La cuestión es que no se relacione España directamente con el colectivo gay (tal y como hace la cuenta de Twitter @amantedecristo). Pura imagen y fachada.
Sin embargo, el hecho de que esta alternativa al matrimonio lleve vigente en nuestro país 6 años, no significa que anteriormente ningún homosexual se casase. No nos hace falta irnos a ningún país extranjero para poder poner un ejemplo, de hecho, sólo necesitamos movernos unos cuantos kilómetros, hasta A Coruña.
En 1901, las dos mujeres de la imagen, (de izquierda a derecha Elisa y Marcela), contrajeron matrimonio. ¿Imposible? No. Su historia viene recogida y ampliada en en libro de Narciso de Gabriel "Elisa y Marcela. Más allá de los homrbes", por lo que no profundizaré en ella. Solamente decir que estas dos mujeres se casaron, saltando por encima de la ley y haciendo caso omiso a la sociedad enteramente cristiana de la época. Lucharon y se atrevieron en 1901.
Volvemos al tema del "arraigamiento" del matrimonio entre personas del mismo sexo. Este suceso pasó un año después de la entrada del siglo anterior. Entonces, ¿110 años puede considerarse un hábito arraigado, o necesitamos 100 más?

Llevo pensando unos cuantos días en crearme, por tercera o cuarta vez en mi vida, un blog. Puede que este sea el definitivo, pero tengo que admitir que siempre que tengo uno lo acabo abandonando, bien porque no tengo tiempo bien porque me olvido de su existencia. Sin embargo, tengo muchas ganas de volver a ello. Espero que no me pase lo de siempre.

El propósito de este blog es variado, pero en resumen, es tratar temas de interés (no general, puesto que considero que hay cientos de temas más interesantes que lo que nos ofrecen en los medios) particular con una visión bastante crítica (soy estudiante de Periodismo, qué se le va a hacer).

No ofrezco nada nuevo, soy como los demás mil bloggers de España, pero tengo demasiadas ganas de hablar como para quedarme callada, aunque nadie vaya a leerlo.