Frases hechas, expresiones que se refieren claramente a un cierto grupo de personas, acentos que hacen resaltar su parte más burlesca… ¿Es un tipo de cortina que “oculta” mediante el humor los prejuicios de la sociedad o tan solo es una forma de hablar?
Todo depende de la intención con la que lo digas o hagas, aunque en mi opinión, es una forma de expresar tu desacuerdo o desagrado con esa reducida (o no) parte de la sociedad en la que vivimos.
Somos seres humanos, por lo que ir de frente, ser honesto y admitir que un determinado sector no te gusta por las razones que tú creas convenientes, nos cuesta, hasta tal extremo que acabamos en un círculo de hipocresía, tangible en expresiones como: “Este collar no me lo he comprado porque es muy gitano”, seguido minutos más tarde por “Pero yo no tengo nada en contra de los gitanos”. Podemos interpretar la primera frase de dos formas distintas: es simple y puro lenguaje sin significado social o además de ser, obviamente, puro lenguaje, esconde tras de sí un fuerte aspecto discriminatorio y contrario a los gitanos. Desde mi punto de vista, toda palabra trasciende a un significado inherente en ella. Uno no puede quedarse con la parte más superficial de la misma, las letras, los símbolos, el simple mecanismo, puesto lo que tiene un efecto en nuestra mente es su significado. Por lo tanto, no creo en la segunda frase. El hecho de que una persona reniegue a comprar un objeto dado que este le recuerda a un grupo excluido de la sociedad, es totalmente opuesto a que más tarde se afirme que su posición con respecto al mismo es positiva.
Puede ser que no encuentras atractiva la forma de vestir de los gitanos, pero eso es quedarse solamente en la punta del iceberg. El hecho por el cual has rehusado de comprar tal collar es porque sabes que si tú lo has reconocido y clasificado como “gitano”, más gente hará lo mismo, tanto con él como contigo. La imagen que tienes de dicho grupo en tu cabeza es profundamente negativa, y directamente relacionada con drogas, violencia y robo, lo que ha determinado sino en toda su parte, en su mayoría, tu decisión final de dejarlo en la tienda.
Por lo tanto, una “simple forma de hablar” encierra un gran significado, algunas veces, alimentado por prejuicios. Nuestra mente escoge las palabras a sabiendas de lo que ellas mismas representan, y no como mera coincidencia o expresiones inofensivas.